Lunes 8 de septiembre continuamos nuestra travesía hacia el norte, en el camino nos topamos con la hermosa cascada godafoss una belleza espectacular una de las cascadas mas bellas que he visto. Seguimos por la costa entre faros, cascadas cayendo directamente al océano y hermosas costas acompañadas de montañas con sus topes de nieve hasta llegar a Akureyri la capital del norte de Islandia. Allí buscamos donde acampar y en la noche nos fuimos a dar una caminada por la bella ciudad. Al otro día continuamos temprano ya que nos quedaban pocos días y queríamos visitar la peninsula snaefelness no sin antes detenernos a hacer rafting en uno de los caudalosos ríos de Islandia una experiencia fenomenal sobre todo cuando lo haces en familia. Ya en la peninsula pasamos por e pueblo de Olafsvik un lugar muy bonito y nos encontramos un pozo de agua carbonatada natural donde hay una pompa y un recipiente donde hechas el dinero para pagar por por el agua nuevamente utilizando el sistema de honor. Llegamos a Hellisanndur donde decidimos pasar la noche. Comenzó el atardecer y la noche estaba despejada así que decidí quedarme un rato afuera con la esperanza de ver la aurora borialis al pasar el rato comienzo a ver como unas nubes blancas algo raras y llamo a los demás para que estén pendientes en lo que me daba un baño, entonces ya en la bañera comense a escuchar los gritos de todos que efectivamente aquellas nubes blancas empezaron a tornarse verdes y a ondular de manera peculiar yo termine rápido y cuando salí presencie aquel espectáculo de la naturaleza con una belleza que despierta un sentimiento inexplicable no importaba el frío nos quedamos el tiempo que duro disfrutando aquel espectáculo que la noche nos preparo, con esta experiencia sentí que ya mi viaje había rendido el fruto que esperaba esa noche me acoste con una sonrisa en mi rostro difícil de borar. Al otro día continuamos por la peninsula vimos mas faros, acantilados con formaciones de lava hermosas visitamos la cueva Vatnshellir y en las áreas de costa disfrutamos la vista de una variedad de aves. Ya acercandose el día de nuestra partida decidimos conducir cerca de la ciudad para evitar contratiempos conducí hasta el pueblo de Grindavik donde el viento estaba tan fuerte que el motorhome parecía una hamaca. Al otro día nos dirijimos a keflavik a pasar nuestra última noche, allí llegamos a nuestras cabañas y no fuimos a caminar al pueblo allí visitamos la cueva de un enorme troll y comimos pescado en un restaurante local. Regresamos a nuestras cabañas y cuando nos acostamos escuchamos gritos de turistas reaccionando a las auroras borialis, que forma de terminar nuestra aventura con este espectáculo esta noche las apreciamos de color verde y como un color violeta y las veíamos por todas partes.
Iceland es un paraíso natural el cual me encantaría volver algún día, si eres amante de la naturaleza debe estar como prioridad para visitarlo. Para mi es un lugar de 5 estrellas. Hasta aquí llego esta aventura, espero algún día tener la oportunidad de poder compartir otra aventura como esta.
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